18 de marzo de 2009

Miedos



Me gustaría pensar que es de esperarse que no te quiera como tu a mi, después de todo yo antes de todo esto te veía como un amiga muy especial, una extremadamente especial a la que le contaba cosas que no he contado desde hace años, una amiga a la que le tuve una confianza inesperada que jamás había pensado posible…

De alguna manera desde el mero principio te vi como una persona admirable, alguien que tenía muchas cosas deseables, alguien que quería conservar siempre y entonces decidí que serías mi amiga; te sentí mi alma gemela, alguien a quien de alguna manera conocía desde siempre, me eras familiar, parte de mi misma, indispensable.

Me permití soñar contigo al saber de tus sentimientos, quizá hubiera llegado ahí yo sola con el tiempo pero saber de ti aceleró todo… y lo aceleró vertiginosamente, mis sentimientos y mis pensamientos se confundieron, mi corazón frío y resignado comenzó a latir y sentir y de repente todo era mil veces más potente, aquello que me ponía feliz ahora me ponía eufórica, aquello que me entristecía ahora me deprimía.

Creo que jamás había estado tan confundida.

Disfruté nuestras fantasías pero me daban miedo, siendo realistas no estamos precisamente en el mundo respetuoso y liberal que vería bien nuestra relación y me da tanto miedo afrontarlo; por otro lado está ese retrato que desde hace años guardo en mis pensamientos: un amoroso marido, hijos cariñosos, un perro y la casa de mis sueños; protegida, segura, amada, eternamente enamorada de mi mejor amigo… no estoy lista para dejar ir ese sueño aún.

Además te tengo miedo, no te conozco, no sé quien eres en realidad; mis paranoias de antaño y las nuevas se juntan en teorías fantásticas que relatan bromas pesadas, venganzas y juegos sádicos. La razón atormenta al sentimiento y lo calla, no tengo por qué confiar en ti, tanto como no tienes por que confiar en mi y esto lo hace todo peor, ¿por qué confías en mi?, ¿por qué me quieres?, ¿por qué te gusto?, no veo las razones por mi misma ni las veo en ti. Ya tenía en la mente que si alguien me viera con esos ojos sería por alguna apuesta idiota, no tengo nada que ofrecer, es imposible que pueda existir alguien que piense en mi de esta manera y por eso no te creo.

Pero al mismo tiempo, maldito corazón, me sigue traicionando haciéndome tenerte cariño, si esto fuera una broma como pienso, no podría dejar de quererte… aunque te entregue mi corazón y lo hagas pedazos, no podría dejar de quererte; pero entonces no entiendo qué me pasa.

En estos momentos de indecisión sólo tengo una idea clara:

Nunca he sentido el futuro, mi futuro, pero alguno debo de tener y por eso sueño. Idealicé a mi hombre ideal pero jamás esperé encontrarlo, tal hombre no podría existir, aún así me aferré en que la vida de una u otra manera me pondría frente aquella persona a la que estoy destinada, esa con quien seré feliz.

No seré una ciega ni una tonta, abriré bien los ojos y te daré una oportunidad, a pesar de mi estupidez te conoceré y veré si eres esa persona a quien he estado esperando… quiero que seas, necesito que seas. Si no lo eres te lo diré, haré lo que sea para que no esperes demasiado de mi y sea menos doloroso; pero si lo eres, tengo miedo si lo eres.

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