¿Te había contado que mi mente acostumbra olvidar de todo?
Ahora me toca revivir nuestro pasado, concentrarme en detalles que había dejado a un lado para enfocarme en ti y sólo en ti. Ahora tenía que analizarme a mi misma y descubrir las razones por las que hice o dije muchas cosas… y no fue fácil.
No lo fue porque al mismo tiempo me enfrentaba a mis miedos. Ya había aceptado la posibilidad de que sintieras una atracción verdadera por mi pero no entendía porqué, no entendía qué habías visto en mi y para aumentarlo todo estaba mi desconfianza.
Desde pequeña aprendí a no esperar nada de nadie, ni siquiera que la gente mantuviera sus promesas, no me permití confiar en nadie y ahora tenía que tomar una decisión: Tomar tus palabras sin conocerte y confiar en ellas como verdaderas dejando de tener miedo o terminar con todo esto.
…y confié.
Confié a ciegas, aún con dudas pero esperando irlas resolviendo.
¿Porqué abrió un blog?, ¿porqué no me ha dicho nada?, ¿porqué sigue siendo cariñosa?… porqué, porqué, porqué… y mi mente no se callaba.
¿Porqué yo?…
¿Porqué no?…
Y lo único que sobrevivió fue el deseo de sentir este cariño fluir y convertirse en amor, sentir este placer de conocerte y descubrirte y sentir que todo esto era posible… perfectamente posible…
tu y yo…
juntas.
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