Fue sólo una pregunta pero la decisión ya estaba tomada, aún así esperé algunos segundos para estar segura de mi respuesta… no hubo mucho qué pensar pues habíamos estado coqueteando con la idea de estar juntas por siempre desde el principio. Para cuando me diste esa pequeña insinuación, el si ya bailaba frente a mi.
Fue más rápido de lo que pensaba, de lo que había planeado, pero fue necesario. Trataba de ir a pasitos pequeñitos tímidos y temerosos mientras me empujabas y jalabas con tus prisas y tus ansias. Al inicio desee ir lento para conocerte mejor, “construir una base sólida para una relación estable” y todas esas cosas que se dicen… pero supe que tanta paciencia mía terminaría por desilusionarte.
No lo lamento, leerte pedirme ser tu novia ha sido de lo más hermoso que he leído; y luego oírte pedírmelo de nuevo, y en cada ocasión decir si, por supuesto que si, claro que si. No hay otra respuesta porque no hay otra cosa que desee más que estar contigo, siempre contigo, sintiéndote mía tanto como me siento tuya.